Presentación de un Libro
- Miradas Lectoras
- 24 ago 2022
- 2 Min. de lectura
Que propone una experiencia diferente a la hora de leer poesía

Julio Herrera y Reissig. Un puñado de poemas ilustrados.
“...El gaucho y la raigambre honda, íntima que determina una esencia que, por pertenencia natural, quizá se relega...“
Poeta uruguayo nacido en 1875. Proveniente de una familia ilustre venida a menos, padeció desde niño una afección cardiaca que lo llevó a una inadaptación a su entorno, circunstancias que explican en parte su temperamento neurótico.
Su poesía evolucionó del simple romanticismo al simbolismo y la escuela parnasiana, convirtiéndolo en uno de los seguidores del modernismo en Sur América junto a Leopoldo Lugones, Díaz Mirón y Jaimes Freyre, entre otros.
Dueño de un rico lenguaje, en ocasiones barroco, empleó con frecuencia los temas oníricos, surrealistas y mágicos.
Su madurez poética se conoció en buena parte después de su muerte ocurrida tempranamente en 1910.
De su obra merecen destacarse: «Wagnerianas» en 1900, «Las pascuas del tiempo» en 1900, «Los maitines de la noche» en 1902, «Sonetos vascos» en 1906, «Los parques abandonados en 1908, «Clepsidras» en 1910 y «Los éxtasis de la montaña» publicados en 1913.
Amor sádico Ya no te amaba, sin dejar por eso de amar la sombra de tu amor distante. Ya no te amaba, y sin embargo, el beso de la repulsión nos unió un instante... Agrio placer y bárbaro embeleso crispó mi faz, me demudó el semblante, ya no te amaba, y me turbé, no obstante, como una virgen en un bosque espeso. Y ya perdida para siempre, al verte anochecer en el eterno luto, mudo el amor, el corazón inerte, huraño, atroz, inexorable, hirsuto, jamás viví como en aquella muerte, nunca te amé como en aquel minuto!
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